Deliciosa Receta de Pollo con Miel y Ajonjolí: ¡Un Placer para el Paladar!
El pollo es una carne versátil y nutritiva que se presta a una amplia variedad de preparaciones. Si estás buscando una receta que combine sabores dulces y salados, el pollo con miel y ajonjolí es una excelente opción. En este artículo, te guiaré paso a paso en la preparación de este plato exquisito que seguramente te conquistará a ti y a tus comensales.
Ingredientes:
Instrucciones:
En un tazón mediano, mezcla la miel, la salsa de soja, el aceite de sésamo, el ajo picado y el jengibre rallado. Agrega sal y pimienta al gusto y revuelve bien hasta obtener una marinada homogénea.
Coloca las pechugas de pollo en un recipiente y vierte la marinada sobre ellas. Asegúrate de cubrir bien el pollo con la mezcla. Cubre el recipiente con papel film y deja marinar en el refrigerador durante al menos 30 minutos. Si tienes más tiempo, puedes dejarlo marinar durante varias horas para que los sabores se intensifiquen.
Precalienta el horno a 200°C (400°F). Mientras tanto, retira el pollo de la marinada y colócalo en una bandeja de horno forrada con papel de aluminio o papel para hornear. Reserva la marinada restante.
Hornea el pollo durante aproximadamente 20-25 minutos o hasta que esté bien cocido y dorado. Recuerda voltear las pechugas a la mitad del tiempo de cocción para asegurarte de que se cocinen uniformemente.
Mientras el pollo se hornea, vierte la marinada reservada en una cacerola pequeña y llévala a ebullición a fuego medio-alto. Reduce el fuego y cocina a fuego lento durante unos minutos hasta que la salsa espese ligeramente.
Una vez que el pollo esté listo, sácalo del horno y déjalo reposar durante unos minutos. Luego, córtalo en rodajas o trozos más pequeños si lo prefieres.
Vierte la salsa de miel y ajonjolí sobre el pollo y espolvorea con las semillas de ajonjolí tostado. Si deseas, también puedes agregar cebollín picado para darle un toque de frescura y color.
¡Y eso es todo! Tu pollo con miel y ajonjolí está listo para ser disfrutado. Puedes servirlo con arroz blanco, vegetales salteados o una ensalada fresca. La combinación de sabores agridulces y el toque crujiente del ajonjolí seguramente harán que esta receta se convierta en una de tus favoritas. ¡Buen provecho!
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