La fabada asturiana es uno de los platos más icónicos de la gastronomía española. Es un guiso tradicional a base de fabes (judías blancas), chorizo, morcilla, panceta y otros ingredientes que varían según la receta. La fabada se caracteriza por su sabor potente y su textura cremosa. En este artículo, te enseñaré cómo preparar una fabada asturiana con un sabor siempre delicioso.
Ingredientes:
Preparación:
Remojo de las fabes: la noche anterior, pon las fabes en remojo en agua fría con una pizca de sal.
Sofrito: en una cazuela grande, añade un chorro de aceite de oliva y pon a calentar a fuego medio. Agrega la cebolla picada, el pimiento verde picado y los dientes de ajo picados. Sofríe hasta que la cebolla esté transparente.
Añade el pimentón: añade la cucharada de pimentón dulce al sofrito y mezcla bien.
Incorpora los ingredientes principales: añade las fabes remojadas (sin el agua del remojo), los chorizos asturianos, las morcillas asturianas y la panceta fresca a la cazuela. Cubre todo con agua fría hasta que sobrepase un par de dedos por encima de los ingredientes.
Cocina la fabada: lleva la cazuela al fuego a temperatura alta hasta que empiece a hervir. Luego baja el fuego y déjalo cocinar a fuego lento durante unas 2 horas y media, removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera para evitar que se pegue en el fondo.
Rectifica de sal: pasado este tiempo, comprueba la sal y si es necesario, añade un poco más.
Emplatado: Sirve la fabada bien caliente en platos hondos y acompañada de pan de pueblo.
Consejos para una fabada asturiana perfecta:
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