La ensalada de rúcula y calabacín es una opción saludable y deliciosa para incluir en cualquier comida. La combinación de los sabores amargos de la rúcula con el dulzor del calabacín y el toque ácido del limón crea un plato fresco y ligero que puede servir como acompañamiento o como plato principal.
Para preparar esta ensalada, necesitarás los siguientes ingredientes:
Para empezar, corta el calabacín en rodajas finas y sazónalas con sal y pimienta. Calienta una sartén con una cucharada de aceite de oliva a fuego medio-alto y cocina las rodajas de calabacín hasta que estén doradas y tiernas, unos 3-4 minutos por cada lado. Una vez listas, retira las rodajas de calabacín de la sartén y déjalas enfriar.
Mientras el calabacín se enfría, prepara la vinagreta mezclando en un tazón pequeño el aceite de oliva restante, el jugo de limón, sal y pimienta al gusto. Añade la rúcula a un tazón grande para ensalada y vierte la vinagreta por encima, mezclando bien para que toda la rúcula quede bien cubierta.
Cuando el calabacín esté lo suficientemente frío como para manipularlo, agrégalo a la ensalada junto con las almendras fileteadas y el queso parmesano rallado. Mezcla todos los ingredientes suavemente para que se distribuyan de manera uniforme.
Para servir, puedes poner la ensalada en un plato grande y decorarla con algunas hojas de rúcula y más queso parmesano rallado. Esta ensalada se puede disfrutar sola o como acompañamiento de una proteína a la parrilla o una sopa ligera. ¡Buen provecho!
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