El conejo braseado con alcachofas es un plato que combina la carne de conejo tierna y sabrosa con la textura crujiente de las alcachofas. Además, su cocción lenta en vino blanco y hierbas aromáticas lo convierten en un plato muy reconfortante y perfecto para cualquier época del año. En este artículo, te enseñaremos cómo preparar este delicioso plato de forma fácil y sencilla.
Ingredientes:
Instrucciones:
Limpiar las alcachofas: para ello, retira las hojas exteriores duras hasta que llegues a las hojas más tiernas y de color verde claro. Corta las puntas de las hojas con un cuchillo afilado y corta el extremo inferior de la alcachofa. Corta cada alcachofa en cuartos y retira la pelusa central con una cuchara.
En una cazuela grande, calienta un poco de aceite de oliva a fuego medio-alto. Añade los trozos de conejo y dora por ambos lados hasta que estén dorados y crujientes. Retira los trozos de conejo de la cazuela y reserva.
Añade las cebollas picadas y los dientes de ajo picados a la cazuela y sofríe durante unos minutos hasta que estén tiernos. Añade las alcachofas y sofríe durante unos minutos más.
Añade el tomillo, las hojas de laurel, la sal y la pimienta negra al gusto. Vierte el vino blanco y deja que se evapore el alcohol. Añade el caldo de pollo y lleva a ebullición.
Vuelve a poner los trozos de conejo en la cazuela y baja el fuego a medio-bajo. Tapa la cazuela y cocina durante aproximadamente 1 hora y media o hasta que el conejo esté tierno y se desprenda fácilmente del hueso.
Si la salsa está muy líquida, retira los trozos de conejo y cuece la salsa a fuego medio-alto hasta que se reduzca y espese.
Sirve el conejo braseado con las alcachofas y la salsa por encima. Puedes acompañar este plato con arroz blanco o una ensalada verde fresca.
¡Y eso es todo! Con estos simples pasos, puedes preparar un delicioso conejo braseado con alcachofas que seguro que dejará a tus invitados con ganas de más. ¡Buen provecho!
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