Los mejillones con patatas fritas son una deliciosa especialidad belga que se ha convertido en un plato popular en todo el mundo. Esta receta combina la frescura y sabor de los mejillones con la textura crujiente y salada de las patatas fritas, creando una combinación perfecta. Si quieres disfrutar de este plato en casa, sigue leyendo para descubrir cómo prepararlo.
Ingredientes:
Preparación:
Lava bien los mejillones en agua fría y retira cualquier barba o impureza que encuentres. Descarta cualquier mejillón que esté abierto o quebrado.
En una olla grande, saltea la cebolla y el ajo en un poco de aceite hasta que estén dorados. Agrega el vino blanco, el caldo de pescado, el tomillo y la hoja de laurel. Lleva a ebullición.
Agrega los mejillones a la olla, revolviéndolos bien para que queden bien cubiertos por la mezcla de vino y caldo. Tapa la olla y cocina los mejillones a fuego medio-alto durante unos 5-7 minutos, o hasta que se abran completamente. Descarta los mejillones que no se abran.
Retira los mejillones de la olla y mantenlos calientes en un lugar aparte.
En un tazón grande, mezcla la harina, la sal y la pimienta negra. Agrega suficiente agua fría para formar una masa suave y lisa.
Calienta el aceite en una sartén grande hasta que esté caliente. Mientras tanto, pela las patatas y córtalas en tiras finas. Una vez que el aceite esté caliente, sumerge las tiras de patatas en la masa de harina y luego fríelas en el aceite caliente hasta que estén doradas y crujientes. Saca las patatas de la sartén y colócalas en un plato forrado con papel toalla para que absorba el exceso de aceite. Espolvorea con sal gruesa al gusto.
Sirve los mejillones con las patatas fritas y disfruta de este delicioso plato belga. Puedes acompañar con una cerveza belga para una experiencia completa.
¡Buen provecho!
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