Los mejillones son un marisco muy versátil y delicioso, y hay muchas formas de prepararlos. Una de las recetas más interesantes y sabrosas es la de mejillones en gelatina de tomate. Esta receta combina la textura suave y sedosa de la gelatina con el sabor salado y marino de los mejillones, todo aderezado con el toque dulce y acidulado del tomate. Si quieres saber cómo preparar esta delicia, sigue leyendo.
Ingredientes:
Preparación:
Limpia bien los mejillones con agua fría y retira las barbas y las conchas rotas. Colócalos en una olla grande y añade agua suficiente para cubrirlos. Agrega las hojas de laurel y deja que los mejillones se cuezan a fuego alto durante unos 5 minutos o hasta que se abran. Retira los mejillones del fuego y reserva el caldo de cocción.
Pela y pica finamente la cebolla y el ajo. Sofríe la cebolla y el ajo en una sartén con aceite de oliva hasta que estén dorados. Agrega el jugo de tomate y el vino blanco y deja que la mezcla hierva a fuego medio durante unos 10 minutos. Sazona con sal y pimienta al gusto.
Hidrata la gelatina sin sabor en un poco de agua fría durante unos minutos, hasta que se ablande.
En una olla, mezcla el caldo de cocción de los mejillones con la mezcla de tomate y vino blanco. Agrega la gelatina hidratada y revuelve bien hasta que se disuelva completamente.
En un molde grande, coloca los mejillones en una capa uniforme. Vierte la mezcla de gelatina de tomate sobre los mejillones, asegurándote de que queden completamente cubiertos.
Refrigera el molde durante al menos 2 horas o hasta que la gelatina se haya solidificado completamente.
Para servir, desmolda la gelatina de mejillones en un plato grande y decora con algunas hojas de perejil fresco.
¡Y listo! Ya tienes una deliciosa y elegante receta de mejillones en gelatina de tomate que sorprenderá a todos tus invitados. Disfrútalos en cualquier ocasión, ya sea como aperitivo, como entrante o como plato principal. ¡Buen provecho!
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